Cuenca, gastronomía rural y pastoril.
La gastronomía de Cuenca es muy tradicional y recocida por su carácter rural y pastoril. Al pensar en la cocina de la provincia de Cuenca trae a la mente platos hechos por pastores, por arrieros, por cazadores, hombres que hacen frente a través de la energía proporcionada por la comida a un clima duro, en el cual se pasa del calor al frío casi sin hacer escalas y en una región que brinda muchos productos para que sean utilizados. Las comidas, son adaptadas al clima por lo que se adecuan a cada estación.
Vale mencionar que la calidad de las materias primas y el respeto a las tradiciones, son dos características esenciales de esta provincia. Se utiliza mucho la carne de caza, que generalmente es encabezada por la perdiz, aunque se puede emplear carne de gallina en su lugar.
La cocina de la provincia de Cuenca nos trae a la mente platos hechos por pastores, por arrieros, por cazadores, hombres que hacen frente a través de la energía proporcionada por la comida a un clima duro, donde se pasa del calor al frío casi sin hacer escalas y en una región que brinda muchos productos para que sean utilizados.
La calidad de las materias primas y el respeto a las tradiciones, son dos características esenciales de esta provincia. La carne de caza, encabezada por la perdiz, se encuentra presente en multitud de platos, como el morteruelo, aunque se puede emplear carne de gallina en su lugar.
Otras carnes, como el cordero, presente en casi toda La Mancha, también encuentran su lugar en tierras conquenses. Recetas como los zarajos, o las chuletas de lechal al rescoldo de la sierra, son muy interesantes, sabrosas, e ideales para degustar todo el sabor de esta carne. Platos tradicionales como el Ajoarriero, elaborado con bacalao y ajos (excelentes los de Las Pedroñeras).
Los originales gazpachos galianos sobre pan ácimo, los morteruelos, variadas carnes de caza, las migas, las calderetas, complementan esta cocina basada en la carne y añaden sabores diferentes, pero igual de populares.
El protagonismo de la carne, desaparece de los fogones conquenses con la llegada de las fiestas de Semana Santa. Los potajes, las garbanzadas con bacalao y espinacas, las judías blancas o las patatas al Ajovirón, asumen el estrellato, dando un giro a la gastronomía tradicional.
Las verduras, cocidas en agua y sal, dan un toque de sencillez en el que, sin embargo sorprenden los sabores naturales.
Las truchas, de ríos y arroyos conquenses, frescas y sabrosas, también adquieren protagonismo en las mesas con la llegada de esta época.
La oferta dulcera de la provincia de Cuenca es amplia y muy variada. Destaca el alajú, un dulce elaborado con miel , almendras y miga de pan, aunque también hay veriones que sustituyen la almendra por nueces o higos, aunque el alajú original se elabora con almendras, los bizcochos de canela, las obleas, el pan de pasas o las rosquillas fritas.
También son dignas de mención las torrijas empapadas en leche (sobre todo en las citadas fiestas de Semana Santa), las rosquillas fritas, los bizcochos de canela, las obleas, el pan de pasas o las rosquillas fritas.
En esta provincia se produce vino de Denominación de Origen La Mancha, blancos y tintos son muy interesantes y, recientemente, ligeros y afrutados, cuando son jóvenes. Además puede encontrarse un licor típico, muy interesante, ideal para facilitar digestiones pesadas: el resolí. No deje de probarlo si visita Cuenca.
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